martes, 19 de mayo de 2009

mi papel arrugado.

Mi cuarto normalmente es un desastre, y mi mama me odia por eso, pero me odia más porque siempre tengo una excusa para no ordenarlo…pero misteriosamente hoy se enteró que mi parcial de mañana no es teoría, si no saber como rayos tumbar a un vaca. Pero ese es otro tema. Así que la limpieza llegó a mí y junto con ella un papel arrugado y asqueroso que tenía escrito un intento de poema que mi profesor de lengua nos obligo a hacer en clase hace como un mes. Pero como siempre resalto por tener la mejor suerte del mundo por encima de todos, la dichosa afortunada en leer su creación fui yo. Es gracioso, porque siempre he dicho que la poesía es cobarde (No hay tiempo para explicar las razones pienso eso, fácil otro día…) y nunca me ha gustado para nada, pero ese día terminé escribiendo algo medio raro, pero que a Moisés (Mi profesor) le terminó gustando y creo que los demás también. Aunque la verdad no es muy alentador que digamos ya que los demás poemas que se leyeron únicamente hablaban del color de ojos de alguien y de su “pelo largo y sedoso” (aw). Aunque no me molesta escribir, es más, diría que me siento algo cómoda haciéndolo, ese día decidí que no sería poeta nunca, que si lo fuera terminaría, creo, siendo dañino para mi y para los demás…

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Como volando por encima de las olas

Tu ojos me miran, diciéndome que nunca terminará.

El mar me da miedo, pero me arriesgo

dejo de volar...y caigo, en el mar

en tus ojos

La confianza me impulsa a nadar,

a seguirte y avanzar…

tu rostro no permite que flote

me jala a dar brote…

te sigo, caigo, en el mar

en tus ojos


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No, definitivamente: no.

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