Ambos
se levantan todos los días, en horarios muy distintos, pero se levantan al
fin. Ella empieza su día con los ojos hinchados de las pocas horas que
duerme. El, solo se levanta.. Cuando le place.
Coger
el celular apenas despierta y no poder escribir ese mensaje que siempre decía
lo mismo, y muy pocas veces tenía respuesta, pero que para ella era un
muestrita más de todo el amor que se tenían, o que ella tenía. El estaba seguro
que la tenía en su mano, pero en el buen sentido, en el sentido de pertenecerle
a alguien sin ser su esclavo, en el sentido de formar un solo ente con otra
persona, "ser uno" como ella siempre le decía, el solo escuchaba... Y
con eso bastaba. Todos los días eran lo mismo, a pesar de que al inicio no,
últimamente solo caminaban y hablaban lo de siempre, no avanzaban. Por el miedo
a estar sola, por el miedo a volver a hacerla sufrir, los dos seguían juntos.
Pero ella lo amaba, lo amaba con todo el corazón, y nunca tenía vergüenza de
decírselo, tal vez ese fue su error.
Todo
era distinto ahora.
Creo
que los dos tienen derecho a encontrar los métodos que más les sirvan, ella es
una ingenua, tan volátil, tan tonta, tan llorona. El solo se desliga de todo y
pone razones (válidas) para no sentir nada, para no quererla. De hecho, y no la
quiere. Pero sí la ha querido, a pesar de sus razones, de sus impulsos, de
sus rencores, la quiso muchísimo como nunca había querido a nadie antes (a
pesar de no querer creerlo), pero no lo suficiente. No lo suficiente como para
estancarse toda su vida a ella. Ella lo hubiera hecho sin preguntar, sin dudar.
Pero es válido, son distintos, ahora más que nunca. Solo quieren dejar de
sentirse mal, y tristes, y solos... Y como son distintos, los métodos también
lo son como ya lo dije. Ella comparte sus tristezas porque así siente que las
disemina un tanto, el odia eso. Siempre guardándose las cosas, y soltándolas en
el momento menos preciso, pero sobretodo con la gente menos precisa. Todo lo
que habían logrado, lo que se habían esforzado, lo que habían viajado, vivido,
traumas, errores, dolores; pero también pasiones, risas, tanta comida digerida
y conversaciones abrazados en una cama que guarda todos su secretos, todos su
recuerdos. Una cama que los extraña a veces. Todo era ahora como una ilusión
que con el tiempo se convertirá en una duda, de si paso de verdad o todo fue
un invención de sus mentes. Se van a preguntar, cuando estén sentados
al costado de otros amores, si se sienten como con el, como con ella. No van a
poder evitar compararlo. El primer amor nunca se olvida dicen, yo también creo
eso, pobres...
La
tonta no sabía como hacer para olvidar, y el tarado solo se ahogaba en algo
llamado "distracción" (me ahorro la necesidad de poner ejemplos, no vienen
al caso) para hacerlo. Pero no era un plan a largo plazo, era solo uno
momentáneo. Sin objetivos. Aquí no entran las metas personales, ni las razones
por las cuales cada uno quiera su vida tranquila y estable, esto se trata
únicamente de una cosa (o bueno, de dos): De ambos. Sin el mundo, solo ellos,
lo que sienten, lo que odian uno del otro, todo ese bolo de cosas que los hace
actuar sin razón, llamado corazón. Esto no se trata de actuar para complacer
como siempre lo ha pensado él, para mi no se trata de eso. Sí se enamoraron, a
pesar de que el pensar lo contrario es uno de los métodos de ella, en el fondo
sabe que no es verdad, y que fue real, que es real. Pero nunca va a entender,
nunca va a comprenderlo. Solo lo respeta, sus corazas, sus arrebatos,
su barreras. Probablemente, se case mañana y ella aún así lo respetara. Esto se
trata de que a pesar de todo... Se extrañan, y ojalá tengan el valor para no
volver. Ya se dijeron muchas cosas, 'las palabras a veces duelen más que los
actos ' le dijo el alguna vez, ya se hicieron muchas cosas el uno al otro,
sobretodo ahora, que no son los mismo que eran antes. Cada uno es más egoísta que el otro, pensando solo en su dolor, y cólera; sabiendo que al mismo tiempo el otro la puede estar pasando peor, o mejor, ese es el hecho, que saben que está, pero ya no se conocen...
Qué triste para ella darse cuenta que ahora él simplemente, le quita importancia a las cosas que le dio, a lo que se enfrentó por ella. Lo que hizo, y dejo de hacer, lo que se ingenió para hacerla feliz, y no fue suficiente. Nunca se curó ni volvió a confiar, eso lo cansó. Y a pesar de sus intentos por invalidar tantos recuerdos y pruebas, esos abrazos mientras caminaban, mientras dormían, su pierna encima de la de ella, los besos en la frente, mientras ella se acurrucaba en él; las risas y películas, cada vez que tomaban sus manos, o cuando le acariciaba la cabeza para hacerlo dormir, todo... Todo lo ha podido hacer con otros amores, con otras ilusiones, tratar de reemplazarlo... Pero siempre sabrá que nunca será lo mismo. Ella lo tiene bien claro, por eso que ni lo intenta siquiera.
Hoy le escribiría una carta, pero le recomendé que no lo hiciera. Solo quería decirle que ya no se meterá más en aquellas cosas que le pertenecieron a él desde un principio. Que no se preocupara por los fines de semana, ni porque ella invada lo que se había convertido por derecho en algo de él desde antes. Que se olvidaría de todo y trataría que hacer otras actividades; que aunque no lo entienda, lo respetaba (como ya dijo) y que lo último que quería lograr con esto era incomodar. Que todo estaba bien. - Ya le hice el favor de escribirlo por ella.
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